La vida está para vivirla, llenarla de recuerdos e ilusiones con los más queridos. Poder tener la certeza de confirmar con rotundidad la maravilla que se nos regala.
No importa ni cuándo ni cómo has llegado a este mundo. Deja de suplicar y buscar una excusa que ensucie tu mirada. No te lastimes por el tiempo vivido, e ilusiónate por los momentos que te quedan por vivir. Más maduro, más consciente de tu yo, adentra tus esfuerzos en amar y ser amado. Corazón inmenso y lleno de alegría, no desesperes y alienta tu vida con la sal del mundo.
Por ello, te invito a ser consciente de tu gracia, de lo que tienes y has construido y así, saltar cada día a una nueva experiencia con la garantía de un amor que se ensancha y es el centro de tu vida.
No dejes a tu mente arruinar tu corazón, aprovecha los momentos de gracia para pensar en lo que luego harás siguiendo tu instinto y con ayuda de tus ideales.